DIOS TE QUIERE SANTO
Dios, tu Padre, que te ha creado, quiere lo mejor para ti Y, por eso, quiere que seas santo. La voluntad de Dios es tu santificación (1 Tes 4,3). Dios te eligió desde antes de la formación del mundo para que seas santo e inmaculado ante Él por el amor (Ef 1,4). Por eso, en la Biblia, que es una carta de amor de Dios, se insiste mucho: “Sed santos, porque yo vuestro Dios soy santo” (Lev 19,2; 20,26). Y Jesús nos dice: “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo” (Mt 5,48). Así que tú y yo, y todos “los santificados en Cristo Jesús, estamos llamados a ser santos” (l Co 1,2).
El mismo Catecismo de la Iglesia Católica nos habla en este sentido: “Todos los fieles son llamados a la plenitud de la vida cristiana” (CIgC 2028). “Todos los cristianos, de cualquier estado o condición están llamados cada uno por su propio camino, a la perfección de la santidad” (CEC 825).
En el concilio Vaticano II, en la Constitución “Lumen Gentium”, todo el capítulo V está dedicado a la vocación universal a la santidad. Y dice en concreto: “Quedan invitados, y aun obligados, todos los fieles cristianos a buscar insistentemente la santidad y la perfección dentro del propio estado” (Lumen Gentium n° 42).